Cada día que pasa noto que una nueva piedra se coloca en el camino.
En un lugar exacto, haciendo distancia entre dos destinos.
Fuerte, sólida y sin remedio.
Pienso en correr, arrancarla, luchar con todas mis fuerzas.
Dejarme las uñas para que esa pared desaparezca.
Sangre en mis manos, impotencia en mis ojos.
Es consecuencia de mis actos semejante alboroto.
Tal vez solo sea una pequeña cortina de piedras,
piedras que tras una fuerte tormenta como el alba desaparezcan.
Pero debe aparecer la tormenta,
Aquella que sople con fuerza y tumbe lo que con el tiempo se crea.
Y si esto no sucediera es porque me encuentro en un laberinto de piedra,
Donde los muros aparecen y tengo que tener los ojos en la meta.
Entonces iré solo,
Encontraré mi salida y marcaré el camino.
Si te sientes perdido persigue mis silbidos.
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