Escaleras.
Pequeños o grandes peldaños que te conducen a un lugar desconocido.
Lugar del cual es más fácil bajar que subir.
Peldaños que te enseñan a valorar lo que quieres alcanzar.
No todos llegan a la cumbre, no todos aguantan subir un peldaño más.
Buscan una barandilla, toman un descanso en medio de esa enorme colina.
Piensas que no puedes más,
que tus fuerzas se agotan en ese mismo lugar.
Sabes que es más fácil bajar que subir,
puedes abandonar tus expectativas
y bajar por la trampilla hacia una nueva salida.
En tu cabeza seguirá estando,
seguirán estando esos momentos en los que alcanzabas un nuevo escalón,
aquellas ilusiones que tenias sobre lo que allí, arriba del todo,
podías disfrutar.
Nada es para siempre, pero hay que ser fuerte. Nadie nos enseñó a bajar.
Todo era cuestión de resbalar y como de ''oca a oca''
tirar porque te vuelve a toca.
Sudor y esfuerzo provoca una escalera.
Pero la satisfacción de mirar desde arriba, observar hasta el horizonte
y de que tu objetivo a sido conseguido.
Es superior que cualquier viaje hacia un nuevo mundo
por una trampilla poco trabajada.
Creo que hay sitio para dos. ¿Subes?