Voces en mi cabeza, hablan sin parar.
Nadie las escucha, necesitan respirar.
Como un castillo de arena, abrumado por el agua.
solo las ondas quedan de que algo ahí abultaba.
Era la envidia de la playa, hasta la luna quedó admirada.
podías pensar en la octava maravilla,
aunque solo fuera mucha arena acumulada.
Su trabajo costo, fue hecho con amor.
se trabajaron sus esquinas e incluso fortalecieron sus heridas.
parecía indestructible, eterno e invencible.
como el Titanic en el puerto, todos confiaban en su regreso.
Desde su proximidad al mar muchas cosas observó,
conoció la braveza de sus aguas y la ternura de su brisa.
Desconocía sus fondos marinos, pero disfrutaba observando su recorrido.
Se solidificó con cada luna, con el calor del sol
y soportando las fuertes lluvias.
con cuidado y con mimo día y noche se cuidó,
gran castillo de arena que en su día finalizó.
No existirá otro igual, no como aquel castillo.
pero con los restos se puede crear un nuevo destino.
En principio éramos un gran castillo de arena, después vino la ola,
todo cayó…pero lo peor…fue quedarse en los restos.
