Recuerdo aquella carretera oscura,esa poca luminosidad tan tenebrosa,Las gotas de lluvia que caían sin control, la locura del
limpia-parabrisas que impedía la visibilidad.
Yo lo veía todo desde atrás, me encontraba detrás del copiloto... mi hermana no paraba de molestarme, parecía que disfrutara de mi incomodidad ante esa tenebrosa noche, se soltaba el cinturón para hacerme salir de mis casillas y que me lanzara como un loco a abrochárselo nuevamente.Volvíamos hacia casa, los cuatro dentro del coche. Había sido un día muy largo, todos estábamos cansados y no veíamos la hora de aparcar y llegar a casa para solo mirar la lluvia por la ventana.
Las farolas casi ni iluminaban la carretera, yo confiaba en mi padre... ¿Quien mejor conductor que Él?Pero al mismo tiempo no podía evitar ese nudo tan insoportable en mi estomago, algo horroroso sentía que ocurriría.
Parecía que era el único que lo presentía. Mi madre cantaba la música que salía de nuestra radio como si una perfecta cantante británica fuera, mi padre mantenía sus 5 sentidos en la carretera, aunque de vez en cuando miraba por el retrovisor interior para guiñarme un ojo... y mi hermana... mi hermana seguía disfrutando introduciendo su pequeño dedo en busca de atravesarme las costillas.
Y fue ahí... en ese preciso momento... cuando mi padre tomo la ultima curva antes de acabar este terrible tramo que tanto respeto me daba, carretera que tomábamos todos los días para volver a casa, carretera que no tenia ningún secreto para nosotros, podía cerrar mis ojos y recorrer este trayecto sin equivocarme en ninguna piedra... pero la lluvia, la poca visibilidad y el cansancio de todo el día jugó una mala pasada.Al tomar la curva el coche culeó, mi padre intento frenar... pero junto al volantazo solo logró que el culo del coche golpeara en el arcén y provocara que acabáramos en dirección contraria sobre el otro carril.
En ese momento ni pude tomar aire. El arcén cedió y mientras agarraba a mi hermana de la mano y la apretaba con todas mis fuerzas caímos montaña abajo en tres vueltas de campana. Por suerte no nos chocamos contra ninguno de los gruesos pinos que había tras el arcén. La catástrofe podría haber sido terrible.Acabamos parados en la carretera de abajo, aquella por la cual cinco minutos antes habíamos subido.
No había nadie, no se escuchaba nada... Únicamente las gotas que seguían cayendo sobre el capo destrozado del coche. Intenté reaccionar, por suerte no había pedido el conocimiento, o eso pensaba, aun estaba agarrado a mi hermana no nos habíamos soltado en toda la caída, ciertamente creo que me había quedado paralizado tras notar el golpe del coche contra el arcén. Mi hermana estaba inconsciente, probablemente del susto se hubiera desmayado. No le veía ningún golpe, no tenia sangre y el cinturón que minutos antes se soltaba la habían mantenido bien sujeta durante el golpe y posiblemente le habia salvado la vida.Me doy cuenta que mis padres no están, ellos no estaban sentado en sus asientos. Por un momento el nudo que durante el trayecto tenia en mi estomago no era nada a diferencia de lo que sentía ahora, diversas catástrofes pasaban por mi cabeza al pensar donde estarían mis padres. Podían haber caído durante las vueltas de campana, a lo mejor no llevaban puesto el cinturón o incluso ellos podrían no haber estado durante la caída.Todo me daba vueltas, necesitaba respuestas, hasta que vi que mis padres estaban fuera del coche intentando visualizar algún vehículo para detenerlo. De manera que yo había estado inconsciente aunque no lo sintiera mientras ellos habían salido y estaba buscando la forma de encontrar ayuda.
Respiré durante unos segundos y comprobé que mi cuerpo estaba en su sitio, sentía dolor por todos lados... pero ahora no era tiempo de estar apenado. Abrí la puerta del coche, no quería quedarme ahí mientras mis padres buscaban ayuda. Pero... no podía dejar sola a mi hermana, ella aun estaba inconsciente y solo es una niña. Podía ser peligroso quedarse en el coche... a lo mejor hemos perdido gasolina con la caída y puede pasar algo peor si permanecemos dentro del coche, así que decidí soltar el cinturón de seguridad y abrazar a mi hermana como cuando la acunaba. Los dos salimos del coche, mis padres todavía no se habían percatado de ello.
Cuando deje a mi hermana tumbada bajo un pino cercano a la carretera, en el cual podía estar algo mas refugiada de la lluvia, le extendí mi sudadera, no era gran cosa pero si perdía calor corporal algo ayudaría. Entonces escuche un leve grito de mi madre, observé como mi padre se ponía las manos en la cabeza, no entendía nada... volví mi cabeza y vi que otro coche había chocado contra el nuestro dejando el culo mas aplastado y desplazado.
El golpe debía haber sido muy fuerte y me extrañaba no haberlo escuchado, me toque la oreja y me di cuenta que estaba sangrando, probablemente por eso escuchaba tanto silencio y el grito de mi madre lo noté tan lejano.
Rápidamente reaccioné de nuevo, mi madre había gritado porque creería que estábamos dentro del coche, tenia que abrazarla, tenia que decirle que estábamos a salvo bajo este pino, a mi hermana no le pasaría nada ni bajaba un poco y avisaba a mis padres. En ese momento un camión paro para ayudarnos, pude avisar a mi madre de que estábamos a salvo, al verme sus ojos se iluminaron, había vuelto a la vida según su conciencia. Fuimos a recoger a mi hermana y el camionero nos llevó al hospital más cercano.
Hoy después de 2 años estoy aquí delante de este coche, no para ir de acompañante sino de conductor. Voy a sacarme el carnet de conducir. Ya puedo escuchar con normalidad, mi hermana ya es toda una señorita y ese día quedó en un mal recuerdo que unió más a esta familia. Siempre sentiré cierto respeto a esa curva que marco mi vida ante los coches. Pero no limitará mi futuro y mi porvenir.
Yo lo veía todo desde atrás, me encontraba detrás del copiloto... mi hermana no paraba de molestarme, parecía que disfrutara de mi incomodidad ante esa tenebrosa noche, se soltaba el cinturón para hacerme salir de mis casillas y que me lanzara como un loco a abrochárselo nuevamente.Volvíamos hacia casa, los cuatro dentro del coche. Había sido un día muy largo, todos estábamos cansados y no veíamos la hora de aparcar y llegar a casa para solo mirar la lluvia por la ventana.
Las farolas casi ni iluminaban la carretera, yo confiaba en mi padre... ¿Quien mejor conductor que Él?Pero al mismo tiempo no podía evitar ese nudo tan insoportable en mi estomago, algo horroroso sentía que ocurriría.
Parecía que era el único que lo presentía. Mi madre cantaba la música que salía de nuestra radio como si una perfecta cantante británica fuera, mi padre mantenía sus 5 sentidos en la carretera, aunque de vez en cuando miraba por el retrovisor interior para guiñarme un ojo... y mi hermana... mi hermana seguía disfrutando introduciendo su pequeño dedo en busca de atravesarme las costillas.
Y fue ahí... en ese preciso momento... cuando mi padre tomo la ultima curva antes de acabar este terrible tramo que tanto respeto me daba, carretera que tomábamos todos los días para volver a casa, carretera que no tenia ningún secreto para nosotros, podía cerrar mis ojos y recorrer este trayecto sin equivocarme en ninguna piedra... pero la lluvia, la poca visibilidad y el cansancio de todo el día jugó una mala pasada.Al tomar la curva el coche culeó, mi padre intento frenar... pero junto al volantazo solo logró que el culo del coche golpeara en el arcén y provocara que acabáramos en dirección contraria sobre el otro carril.
En ese momento ni pude tomar aire. El arcén cedió y mientras agarraba a mi hermana de la mano y la apretaba con todas mis fuerzas caímos montaña abajo en tres vueltas de campana. Por suerte no nos chocamos contra ninguno de los gruesos pinos que había tras el arcén. La catástrofe podría haber sido terrible.Acabamos parados en la carretera de abajo, aquella por la cual cinco minutos antes habíamos subido.
No había nadie, no se escuchaba nada... Únicamente las gotas que seguían cayendo sobre el capo destrozado del coche. Intenté reaccionar, por suerte no había pedido el conocimiento, o eso pensaba, aun estaba agarrado a mi hermana no nos habíamos soltado en toda la caída, ciertamente creo que me había quedado paralizado tras notar el golpe del coche contra el arcén. Mi hermana estaba inconsciente, probablemente del susto se hubiera desmayado. No le veía ningún golpe, no tenia sangre y el cinturón que minutos antes se soltaba la habían mantenido bien sujeta durante el golpe y posiblemente le habia salvado la vida.Me doy cuenta que mis padres no están, ellos no estaban sentado en sus asientos. Por un momento el nudo que durante el trayecto tenia en mi estomago no era nada a diferencia de lo que sentía ahora, diversas catástrofes pasaban por mi cabeza al pensar donde estarían mis padres. Podían haber caído durante las vueltas de campana, a lo mejor no llevaban puesto el cinturón o incluso ellos podrían no haber estado durante la caída.Todo me daba vueltas, necesitaba respuestas, hasta que vi que mis padres estaban fuera del coche intentando visualizar algún vehículo para detenerlo. De manera que yo había estado inconsciente aunque no lo sintiera mientras ellos habían salido y estaba buscando la forma de encontrar ayuda.
Respiré durante unos segundos y comprobé que mi cuerpo estaba en su sitio, sentía dolor por todos lados... pero ahora no era tiempo de estar apenado. Abrí la puerta del coche, no quería quedarme ahí mientras mis padres buscaban ayuda. Pero... no podía dejar sola a mi hermana, ella aun estaba inconsciente y solo es una niña. Podía ser peligroso quedarse en el coche... a lo mejor hemos perdido gasolina con la caída y puede pasar algo peor si permanecemos dentro del coche, así que decidí soltar el cinturón de seguridad y abrazar a mi hermana como cuando la acunaba. Los dos salimos del coche, mis padres todavía no se habían percatado de ello.
Cuando deje a mi hermana tumbada bajo un pino cercano a la carretera, en el cual podía estar algo mas refugiada de la lluvia, le extendí mi sudadera, no era gran cosa pero si perdía calor corporal algo ayudaría. Entonces escuche un leve grito de mi madre, observé como mi padre se ponía las manos en la cabeza, no entendía nada... volví mi cabeza y vi que otro coche había chocado contra el nuestro dejando el culo mas aplastado y desplazado.
El golpe debía haber sido muy fuerte y me extrañaba no haberlo escuchado, me toque la oreja y me di cuenta que estaba sangrando, probablemente por eso escuchaba tanto silencio y el grito de mi madre lo noté tan lejano.
Rápidamente reaccioné de nuevo, mi madre había gritado porque creería que estábamos dentro del coche, tenia que abrazarla, tenia que decirle que estábamos a salvo bajo este pino, a mi hermana no le pasaría nada ni bajaba un poco y avisaba a mis padres. En ese momento un camión paro para ayudarnos, pude avisar a mi madre de que estábamos a salvo, al verme sus ojos se iluminaron, había vuelto a la vida según su conciencia. Fuimos a recoger a mi hermana y el camionero nos llevó al hospital más cercano.
Hoy después de 2 años estoy aquí delante de este coche, no para ir de acompañante sino de conductor. Voy a sacarme el carnet de conducir. Ya puedo escuchar con normalidad, mi hermana ya es toda una señorita y ese día quedó en un mal recuerdo que unió más a esta familia. Siempre sentiré cierto respeto a esa curva que marco mi vida ante los coches. Pero no limitará mi futuro y mi porvenir.
.historia ficticia. (tm)